Tengo en el aula un cartel donde colocamos imágenes de objetos, actos o situaciones que les gusta al alumnado, y lo que no les gusta.
A ellos les encanta mirar, coger las imágenes, pegarlas en su lugar, etc.
Algunos hablan, otros no, hay quienes nombran los dibujos, incluso lo leen y escriben, otros se limitan a sonreir cuando colocan algo que les gusta especialmente. Pero lo más importante es el diálogo (hablado o no) que se establece entre ellos.
Aquí os pongo un ejemplo, por si os sirve.
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