EL NIÑO QUE PUDO HACERLO
Dos niños llevaban toda la mañana patinando sobre un lago helado cuando, de pronto,
el hielo se rompió y uno de ellos cayó al agua. La corriente interna lo desplazó unos
metros por debajo de la parte helada, por lo que para salvarlo la única opción que
había era romper la capa que lo cubría.
Su amigo comenzó a gritar pidiendo ayuda, pero al ver que nadie acudía buscó
rápidamente una piedra y comenzó a golpear el hielo con todas sus fuerzas.
Golpeó, golpeó y golpeó hasta que con-siguió abrir una grieta por la que metió el
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